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El viento era efímero,
mis piernas temblaban,mis dientes chasqueaban entre ellos y supuse que alguien me enseñaría un remedio,
pero al final yo misma aprendí a cruzar con ellos los malos tiempos en jugadas del destino,
al que le gustaba hacerme cosquillas en la punta de los pies,hasta hacerme reventar de carcajadas sonoras que resonaban por todo el oscuro ambiente.
Pero aunque la luz del sol era escasa,la de mi corazón me guiaba al camino que creía que era correcto,me tropezaba entre unos y otros tantos obstáculos,
pero me volvía a levantar más veces de las que caía.

Recuerdos hechos añicos,que poco a poco se van uniendo.

Tiffany fría bipolar,dulce aventurera.

Tiffany cogía el tren siempre a las 17:15,para ir a clases de pintura.
Cuando llegaba a casa,siempre cogía una manta,se sentaba en la mecedora que le regaló su abuela y se ponía a recordarla con pañuelos extra resistentes a su lado:
La echaba muchísimo de menos,aún recordaba sus dulces palabras como la miel;aquellas que le aconsejaban y las que le decían si había hecho lo correcto o no.
Esos dulces ojos azules,con esas pequeñas arrugas entre sus rojizos pómulos,esos que le sonreían día y noche,con los que había pasado desde la infancia hasta la más plena adolescencia.
Esas bonitas y suaves palabras que le alegraban el día e incluso esas que le consolaban.
Esas manos arrugadas que,le limpiaban cada lágrima que resbalaba de su mejilla,o que le daba abrazos de buenos días.
Esa señora de pelo blanco como la nieve,con alegrías,con dolores,con sufrimientos y puede que hasta con el alma,te hipnotizará su sabía sabiduría.
Esa persona a la que llama abuela,la que cuando su madre se iba a trabajar e incluso a comidas de empresa,esa que siempre estaba dispuesta y contenta de que se quedara con ella,la que le daba siempre un euro y más de lo que podía para comprarte golosinas.Esa mujer que te daba todo aunque no tuviera nada.
Aquel desgraciado día hizo en pedazos su humilde y sensible corazón,aquel día en el que comenzó a buscarla por todas partes,a buscarla en un trozo de su corazón.
Aquellas ojeras que le impedían ver el mundo en color,aquellos recuerdos le abundaban en todas partes,aquellas lágrimas que parecían del color de el carbón,apenas se distinguían sus ojos color verde bosque,aquellos que buscaban salidas para estas situaciones,los que veían el tesoro más preciado del mundo.
Sí era ella,esa persona que hacía todo posible sin fuerzas,la que rompía la tristeza y la convertía en risas contagiosas.
Tendrá que aprender a decirle adiós a la tristeza,por que aún que su segunda madre estuviera en el más allá de los alláres que existían,no quería verle sufrir,solo ver como una gran sonrisa se dibujaba en su cara,por que aún que ella no la viera,siempre estaría a su lado,en los buenos y malos momentos.
Y ella sonríe,y llora.Solo sé que sus lágrimas negras carbón se desviaron por aquel gran río de gotas,haciendo que sus cabellos pelirrojos se mojaran.
Ella se fue y un gran trozo de su dulce corazón,también.

3 comentarios:

  1. Es preciosa :)

    Sin duda alguna tengo una suerte increíble de tener a mi lado a mis dos abuelas. Creo que las abuelas/os siempre serán las aquellas que no dejan de decir lo perfectos que son sus nietos aun siendo ellos imperfectos, aquellas/os que te dan dinero todos los días que las ves y ellas/os son los que siempre estarán en nuestra memoria.

    Escribes genial.

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  2. Gracias mon amoure <3
    Tu si que escribes genial :)

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  3. Por supuesto las abuelas son únicas <3

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¿El corazón te ha palpitado,te ha hechado sonrisas de medianoche incontrolables?
Si quieres expresar tus sentimientos ante este mágico blog,adelante la pluma y el pincel de colores es todo tuyo,escribe todo lo que quieras,pero mejor si es con el corazón,profundo y silencioso,dulce como un regaliz multicolor y te prometo que leeré hasta quedarme sin aliento.